
CON LOS OJOS DEL AMOR ESPIRITUAL
INTENSO.
El amor del corazón cuando se manifiesta es al 100%.
Ese es el verdadero amor, el cual da todo sin esperar nada a cambio, el que
jamás desaparece ni se transforma en odio.
El de la mente que hoy está y mañana ya no, no es verdadero amor.
Lo que pasa es que a veces adormecemos nuestro corazón y nos dejamos ganar por
la mente.
Tenemos que vencernos a nosotros mismos y manifestar plenamente ese amor no
matarlo con los miedos de la mente, con esos por qué: por qué hiciste esto, por
qué no lo haces de esta otra forma, por que sufro tanto, en realidad todos
estos por qué son miedos que nos limitan al estar exigiéndole a las personas
reclamándoles tratando de cambiarlas en lugar de cambiar nosotros y falta de
aceptación de lo que nos pasa en nuestras vidas.
A veces nos dejamos ganar por la mente.
No exigir tanto a los demás ni a nosotros mismos.
Aceptarnos tal cual somos, pues todos estamos llenos de defectos, todos
cometemos errores, nadie pasa por esta vida sin haber herido o sin herir a los
demás.
Como los niños que se pelean y al segundo ya están unidos, olvidan dejan atrás,
pero dejan atrás esos por qué, no los afectos.
El que esté libre de errores que tire la primera piedra
Y se puede, sólo tenemos que tomar conciencia y empezar a trabajar sobre ello,
no se logra de un día para otro romper esas estructuras, pero sí se puede.
Dejar fluir nuestro corazón donde anida el amor, nuestra naturaleza, amar, amar
con toda intensidad, quedando así todos unidos en esa energía purísima,
logrando paz profunda y enorme alegría al ver que no existe separación que esta
es ilusoria, que somos uno en el amor profundo, que no hay nada que cuestionar
ni a nosotros, ni a los demás, todo es perfecto, todo es amor.