El guerrero de la luz vive al servicio de los demás, en
profunda alegría, alentándolos, ayudándolos, guiándolos para que den sus
primeros pasos en el camino espiritual y luego puedan avanzar por sí mismos.
Jesús vino por los enfermos de espíritu, no por los sanos.
Dedicarse a vivir, ¿pero cómo? Al servicio de los demás,
pues hay muchas almas aún por despertar en busca de la masa crítica necesaria
para lograr un mundo de Amor y Paz, pues entonces no quedarnos dormidos y a
accionar.
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