San Francisco de Asís
“…Sabía él; el hijo del rico mercader de tejidos de Asís, lo
difícil que es poseer algo y seguir siendo amigo de todos los hombres y, sobre
todo, el amigo de Jesuscristo. Que allí donde cada uno se esfuerza en hacerse
un haber ya se ha acabado la verdadera comunidad de hermanos y de amigos. Y que
no se podrá nunca hacer que el hombre que tiene algunos bienes a la vista no
tome espontáneamente una actitud defensiva con respecto a los otros hombres …”
“…- El Señor nos ha enviado a evangelizar a los hombres,
pero ¿has pensado ya lo que es evangelizar a los hombres? Mira, evangelizar a
un hombre es decirle: “Tú también eres amado de Dios en el Señor Jesús”. Y no
sólo decírselo, sino pensarlo realmente. Y no sólo pensarlo, sino también
portarse con este hombre de tal manera que sienta y descubra que hay en él algo
de salvado, algo más grande y más noble de lo que él pensaba, y que se
despierte así a una nueva conciencia de sí. Eso es anunciarle la Buena nueva y eso no podemos
hacerlo más que ofreciéndole nuestra amistad; una amistad real, desinteresada,
sin condescendencia, hecha de confianza y de estima profundas.
Es preciso ir hacia los hombres. La tarea es delicada. El
mundo de los hombres es un inmenso campo de lucha por la riqueza y el poder, y
demasiados sufrimientos y atrocidades les ocultan el rostro de Dios.
Es preciso, sobre todo, que al ir hacia ellos no les
aparezcamos como una nueva especie de competidores. Debemos ser en medio de
ellos testigos pacíficos del Todopoderoso, hombres sin avaricias y sin
desprecios, capaces de hacerse realmente amigos. Es nuestra amistad lo que
ellos esperan, una amistad que les haga sentir que son amados de Dios y
salvados en Jesucristo…. ”
Extraído del Libro “Sabiduría de un Pobre” (San Francisco de
Asís) Eloi LECLERC
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